A veces todos necesitamos aire, aquel que solo nos dará la distancia y el tiempo, aquel que en ocasiones solo se materializa en el verbo huir. Tras tantos titubeos, tras tantísimas idas y venidas, se acabo el disfrazar los miedos y el jugar a abandonarlos en la primera esquina. Mas allá de cualquier incertidumbre es el momento de poner luz y calma donde solo parece haber oscuridad y tormenta. Alejarse de cualquier sensación de vértigo...  es hora de beberte cada segundo, de volver a tener la vida en los labios. Porque esta vez las sombras del pasado se pierden y lo hacen en un presente que se pregunta a cada instante si sera capaz o no de enseñar sus dientes.

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Todo va a ir bien.